La autoestima es la valoración afectiva que hacemos de nosotros mismos en base a nuestra experiencia y sensaciones, es decir, en qué medida uno se quiere a sí mismo, se valora o se siente satisfecho con su propia persona.
La autoestima se forma en las primeras etapas de la vida, en los
primeros años concurren una serie de aprendizajes que serán cruciales para la
propia estima. En la formación de la autoestima aparece nuestra propia imagen
(auto concepto) y la imagen que los demás tienen de nosotros.
En el ámbito infantil o juvenil, para
hacer más manejable el concepto de autoestima, podemos hablar de cinco áreas:
- Área social:
sentimientos del niño/a o adolescente sobre las relaciones con sus amigos.
- Área académica:
qué piensa de su faceta como estudiante.
- Familiar:
cómo se siente como parte integrante de su familia.
- Imagen corporal:
cómo ve su aspecto físico o sus capacidades físicas.
- Autoestima global:
valoración general que hace de sí mismo.
La familia tiene un papel fundamental en
el desarrollo de la autoestima del hijo/a ya que es el primer núcleo social
donde los niños y niñas comienzan su proceso de socialización y se producen los
aprendizajes sobre el mundo y sobre la propia persona.
La
familia, constituye la primera base sobre la que las personas forman su
autoestima. El sentirse valorados y queridos por sus seres más
cercanos es fundamental para sentar las bases de una sana autoestima. La
familia debe mostrar su estima al niño/a y debe además proporcionarle
experiencias adecuadas para que se sientan seguros. El desarrollo de la autoestima no puede por tanto independizarse de la
familia, siendo ésta el contexto donde la autoestima se acuna y crece.
Debemos prestar atención tanto a nuestro estilo
educativo, como a los valores y mensajes que como familia transmitimos al
pequeño y de este modo procurar un sano desarrollo de la autoestima.
¿Qué pueden hacer las familias para fomentar el desarrollo de una sana autoestima en sus hijos/as?
1.
Ayúdale
a conocerse mejor. Descubre sus cualidades de una forma
realista en distintos ámbitos: en su propio cuerpo, en los estudios, en la
relación con los demás y otras habilidades.
2.
Hazle
saber sus logros y valóralos. Destaca las pequeñas conquistas que
consigue, sin exagerar y ayúdale a sentirse orgulloso de estos logros.
3.
Evita
etiquetas negativas. Las etiquetas son esas expresiones que
utilizamos para definir a las personas. Algunos ejemplos pueden ser: “travieso”, “nervioso”, “miedoso”, etc.
4. Proponle responsabilidades ajustadas a su
edad y capacidad. Esto les envía mensajes positivos a su
autoestima: “esto lo pongo en tus manos”,
“esto puedes hacerlo”.
5.
Incítales
a superarse, pero no les presiones demasiado. Es importante que
conciban que a través de su esfuerzo pueden superarse, pero no deben sentirse
presionados o verlo como un imposible.
6.
Evita
la sobreprotección excesiva. Esto transmite la idea de que tengo que
protegerte porque tú solo no puedes.
7.
Ayúdale
a buscar soluciones. Cuando los hijos/as se encuentran con
dificultades o contratiempos, es mejor darles pistas para que encuentren sus
propias soluciones y afronten los problemas. Mejor ayudar a descubrir qué
tienen que hacer que hacérselo directamente.
8.
Transmítele
seguridad afectiva. Uno de los pilares de la autoestima es
sentirse profundamente querido. Para ello realiza muestras explícitas de afecto
como abrazos, besos, caricias, etc.
9.
Dedícale
tiempo a los pequeños detalles. Acompañarlos al colegio, jugar con ellos,
escucharlos, llevarles al parque, reírse juntos, etc.
10. Muestra
tu amor incondicional. El amor de las familias a sus hijos/as es
incondicional, por eso se deben evitar expresiones como “si no haces esto es que no me quieres”, “si sigues así te enviaré a un
internado” y otro tipo de chantajes afectivos, no tienen cabida.
Para ampliar información:
https://familiaycole.com/wp-content/uploads/2014/06/17-folleto-desarrollar-autoestima.pdf
Bisquerra R. (2009). Psicopedagogía de las emociones. Madrid: Síntesis.