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martes, 15 de junio de 2021

Cómo generar buenos hábitos de alimentación en el hogar

Las conductas alimenticias aprendidas durante la infancia van a influir de manera significativa en el estilo de alimentación que tendrá la persona durante el resto de su vida. Este hecho destaca el importante papel que tienen las familias a la hora de instaurar pautas saludables a sus hijos e hijas.

Desde el Colegio Azahar apostamos por la promoción de hábitos de vida saludable entre nuestros alumnos y alumnas. Por este motivo participamos en el Programa para la Innovación Educativa Hábitos de Vida Saludable en su modalidad Creciendo en Salud y estamos inscritos en la Línea de Intervención Estilos de Vida Saludable.

Como parte de las actuaciones de este programa, se encuentra el Plan Escolar de Consumo de Frutas y Hortalizas que pretende, entre otras muchas cosas, garantizar la ingesta de frutas y hortalizas en el alumnado, con la firme intención de que se normalice su consumo y se habitúen a este, así como promover hábitos alimentarios saludables entre los escolares de entre los 3 y los 12 años. Gracias a este Plan, los alumnos y alumnas del colegio han podido disfrutar de distintas frutas y hortalizas que se han repartido a lo largo del curso escolar.



Aprender a comer bien implica aprender a escoger aquellos alimentos que favorecen su salud y desarrollar una actitud sana y positiva ante la alimentación. A continuación, exponemos algunas orientaciones para generar buenos hábitos de alimentación en el hogar.

 

Cómo conseguir que desayunen:

A menudo, las prisas o falta de tiempo por las mañanas y la falta de apetito al despertar provocan que los niños y niñas no desayunen correctamente. Este comportamiento afectará a su rendimiento escolar. Para conseguir que desayunen puedes poner en marcha los siguientes consejos:

-   Reserva al menos 15 minutos para el desayuno durante las mañanas antes de salir de casa. Tómatelos con tranquilidad, desayuna sentado y en una situación lo más calmada posible.

-   Desayunad juntos. Si es posible, desayuna con tus hijos/as y actúa como modelo.

-   Elige alimentos saludables y apetecibles para los niños/as, será más fácil que los coman.

-   Cuida el aspecto y la presentación de los alimentos. Si dispones de recipientes divertidos úsalos para el desayuno. La comida les resultará más atractiva.



Cómo conseguir que coman fruta y verdura:

Adquirir el hábito de tomar fruta y verdura a diario, supone un seguro para la salud, además de una gran cantidad de beneficios y aportes necesarios de vitaminas, minerales y fibra. Para hacer más atractivo el consumo de frutas y verduras te sugerimos:

-   Actúa como ejemplo. Los niños/as tienden a imitar las conductas de sus cuidadores. Siempre será más fácil y eficaz que al mismo tiempo que les sugieres que coman frutas y verduras, las comas tu también.

-   La presentación importa. Presentar la fruta y verdura de manera apetecible es muy importante. Limpiarla, cortarla y colocarla de forma divertida puede ayudar a que la coman (fresca, en compota, en puré, asada…).

-   Ofrece verdura y fruta variada, de diferentes colores y texturas. Si desde pequeños acostumbran su paladar a diferentes sabores y texturas, es más probable que cuando sean adultos consuman alimentos variados.

-   Felicítales cuando lo consigan. Cuando se coman toda la verdura y la fruta recuerda felicitarles con una sencilla muestra de afecto o alegría.


Favorecer hábitos de alimentación saludable en casa

1.      Come en familia. Siempre que sea posible, aprovecha para compartir el momento de la comida en familia y crea un ambiente agradable en torno a la mesa.

2.      Establece un horario regular para las comidas. Esta rutina fomentará el autocontrol y el niño/a aprenderá a regular su apetito en el horario estipulado.

3.      Evita el picoteo entre comidas. Si quieres que tu hijo/a llegue con apetito a la hora de comer, es importante evitar picar fuera de las horas establecidas. Las chucherías, por ejemplo, tienen un efecto saciante y reducen rápidamente el apetito y provoca que se toleren menos otros sabores.

4.      Ofrécele pequeñas cantidades. Aunque en principio parezca poco, si quiere más lo pedirá. Es mejor que repita a que se deje comida.

5.      No le fuerces a comer. Las consecuencias de conseguir que coman presionándolos suelen ser negativas. El niño/a no disfrutará de la experiencia de alimentarse y pensará que es un castigo. 

6.      Implícales. Teniendo en cuenta la edad tus hijos/as, podrán realizar distintas tareas relacionadas con el momento de la comida como: poner la mesa, servir el agua, recoger la mesa, acompañar a hacer la compra, etc.

7.      Evita comer frente al televisor. Cuando esto sucede, se atiende más a la pantalla que a lo que comemos y a las señales de saciedad que envía el cuerpo, provocando que comamos más. Utiliza el momento de la comida para comunicarte con tu familia y comentar cómo ha ido el día.

8.      Evita premiar o castigar con comida. Si se recurre a la comida como elemento de premio o de castigo, es normal que se asocie que tomar determinado alimento es un premio y otros un castigo. En lugar de premiar una buena nota con un helado, o quitarle el postre por portarse mal, llévale al parque a jugar o limita su horario de televisión.

9.      Cocinad juntos. Si los implicas en la preparación de la comida, despertarás su motivación e interés por los alimentos y será más probable que coman aquello que han preparado. Además, favorece su autonomía y potencia su creatividad.

 

 https://www.youtube.com/watch?v=qG_Jlb8Wbwk


Para ampliar información:

https://www.aecc.es/sites/default/files/migration/todo-sobre-cancer/prevencion/alimentacion/documentos/estrategias-alimentacion-saludable.pdf

http://www.codajic.org/sites/www.codajic.org/files/Guia-HabitosSaludablesOcio-CEAPA.pdf

https://www.juntadeandalucia.es/educacion/portals/delegate/content/1ba8b351-63f5-4eec-9fc1-bf4f61fbef1a/La%20alimentaci%C3%B3n%20de%20tus%20ni%C3%B1os%20y%20ni%C3%B1as

Ideas de meriendas saludables: https://www.juntadeandalucia.es/educacion/portals/delegate/content/ec3f65ab-b2a2-4a31-a852-b9760cfdf008

domingo, 13 de junio de 2021

Cómo establecer límites y normas en el hogar

Para una buena convivencia familiar es necesario que las familias establezcáis una serie de límites y normas a vuestros hijos e hijas. Esta tarea no es fácil, pero es muy importante para el adecuado desarrollo personal y social de vuestros hijos/as.

Los límites son aquellas advertencias y/o prohibiciones que están directamente relacionadas con su seguridad; y, por lo tanto, su cumplimiento es innegociable. Indican al niño/a hasta dónde puede llegar. Le ayudan a autorregular el impulso natural que les empuja a conseguir lo que les es placentero y a entender que lo que desean no siempre les beneficia, o puede ser injusto o perjudicial para otros.

Las normas ofrecen orientaciones y pautas de conducta que se establecen para conseguir una dinámica familiar ordenada y una convivencia positiva. Vuestro hijo o hija tendrá que aprender cuáles son las normas que le permitirán regir su comportamiento, aceptar que no siempre es posible conseguir aquello que quiere y aprender a respetar los puntos de vista y los derechos de las demás personas.

A los niños/as les gustan los límites y las normas ya que hacen que se sientan seguros y seguras. Es muy común que en ocasiones intenten ponerlos a prueba para ver hasta dónde pueden llegar para conseguir aquello que quieren. Cuando los niños/as fuerzan los límites o las normas, es importante que las familias os mantengáis firmes y no cedáis.

Las normas y los límites no son un medio para controlar a los niños/as o conseguir que éstos obedezcan a los adultos, sino un método que les ayuda a integrarse en la sociedad mostrándoles patrones de conductas socialmente admitidas y, por consiguiente, también las que no lo son.



¿Cómo deben ser las normas?

1.    Ajustadas a la edad y características personales del niño o niña.  

Ejemplo: un niño de 4 años no puede pasar todas las tardes dos horas sentado haciendo tareas escolares; sin embargo, sí puede hacerlo su hermana de 10 años.

2.    Realistas: deben ser posibles de cumplir.

Ejemplo: una niña de 3 años no podría cumplir la norma genérica de tener ordenada y limpia su habitación siempre. Es más realista que tenga la norma de recoger los juguetes cuando termine de jugar.

3.    Estables: deben aplicarse de modo sistemático y no cambiarlas continuamente en función de vuestros propios intereses o estado de ánimo, pues esto confundirá a vuestra hija o hijo y restará valor a la norma.

Ejemplo: “primero hay que hacer la tarea del colegio y después se juega”.

4.    Esenciales: priorizar las más importantes, ya que si se establecen muchas normas, es muy probable que se agobie.

 

5.    Razonadas: Hay que explicar el sentido que tiene la norma para el bienestar del niño o de la niña y de la familia.

Ejemplo: “Si respetamos el turno de palabra para hablar, todas las opiniones serán escuchadas”.

6.    Claras y específicas. La norma debe establecer qué tiene que hacer, cuándo hacerlo, cómo hacerlo y qué consecuencias supondrá su cumplimiento o incumplimiento.

Ejemplo: es preferible decirle “debes guardar los juguetes cuando termines de usarlos” que decir “pórtate bien”.

7.    Cortas y en positivo. es mejor plantearle lo que tiene que hacer en positivo, que enfocarlo como lo que no puede hacer. 

Ejemplo: “Comemos sentados” en lugar de “no te levantes cuando comas” significa lo mismo y así no se asociarán las normas con las prohibiciones.

8.    Participativas. Todos los miembros de la familia deben formar parte, en la medida de lo posible, del establecimiento de normas para afianzar su compromiso con ellas. Es mejor que sean negociadas y no impuestas, de esta manera las respetarán con mayor naturalidad.

 

Consecuencias si no se cumplen las normas

Si las familias establecéis unas normas es importante ser coherentes y procurar su cumplimiento.  En el caso en el que no se cumplan las normas, debéis adoptar medidas para que su incumplimiento tenga consecuencias.  Si no hay consecuencias, las normas y los límites dejan de ser efectivos, se disipan y pierden su función. Pero peor aún es cuando de forma arbitraria, unas veces tienen consecuencias y otras no. 

De manera general para que una consecuencia sea eficaz debe cumplir los siguientes requisitos:

·         Debe ser inmediata, después de la conducta inaceptable de este modo el niño/a la asociará a lo que ha hecho mal.

·         Tener límites de tiempo: principio y final bien definidos. Las consecuencias a largo plazo pierden efectividad.

·         Coherencia entre palabras y actos. Si le pedimos al niño/a que no grite no podemos hacerlo gritando.

·         Hacer borrón y cuenta nueva. Si se incumple una norma y eso ha tenido una consecuencia, volvemos a empezar de nuevo.

·         Evitar sentir lástima. La sobreprotección o hacer por ellos las tareas les no les ayuda, ya que indica que los niños/as no son capaces de realizarlo ellos mismos.

·         Hablar menos y actuar más. Una frase corta que indique la consecuencia de la conducta (acción) es más eficaz que un sermón.



Para ampliar información:

https://www.bienestaryproteccioninfantil.es/imagenes/tablaContenidos03SubSec/adima_DISCIPLINA%20Y%20AMOR.pdf

http://si.easp.es/psiaa/wp-content/uploads/2014/07/cuidadores_arte_de_educar.pdf

https://familiaycole.com/wp-content/uploads/2014/06/02-folletos-no-hace-caso.pdf

https://www.madrid.es/UnidadesDescentralizadas/Salud/Publicaciones%20Propias%20Madrid%20salud/Publicaciones%20Propias%20ISP%20e%20IA/PublicacionesAdicciones/ficheros/NormasyLimites.pdf

miércoles, 2 de junio de 2021

ESTILOS EDUCATIVOS FAMILIARES

 “¿Lo estaremos haciendo bien?” “¿Seremos demasiado exigentes?” “¿Lo estaré malcriando?” “¡Estás castigada y punto!” “No nos hace caso en nada”.

Es posible que os resulten familiares estas frases y puede que alguna de ellas la hayáis dicho más de una vez, pues forman parte de una de las tareas más complicadas a la que estáis haciendo frente: EDUCAR a vuestros hijos e hijas. Como padres o madres, tenéis un compromiso personal para guiarles en su desarrollo y en los aprendizajes del día a día.

El estilo educativo que adoptéis con los niños y niñas contribuye de diferentes maneras en su desarrollo y en la adquisición de los diferentes hábitos. Sin darnos cuenta, la mayoría de las veces repetimos los patrones que nuestros padres, madres y/o tutores han utilizado con nosotros.

Conocer e identificar el estilo educativo en el que te encuadras como padre o madre y reflexionar sobre él, puede ayudarte a la hora de reforzar aquellas estrategias que sean adecuadas para la educación de tus hijos/as y modificar todo lo que suponga levantar barreras o limitar sus posibilidades de desarrollo personal y psicológico. 

Existen cuatro estilos educativos: democrático, permisivo, autoritario y negligente. A continuación compartimos una síntesis de las diferencias entre cada estilo y sus consecuencias previsibles en los niños y niñas:

 

ESTILO DEMOCRÁTICO

Si normalmente…

Es posible que vuestro hijo o hija…

×      Expresáis con frecuencia vuestro cariño.

×      Le trasmitís confianza en sus capacidades.

×      Dialogáis y razonáis acerca de las normas que hay que cumplir.

×      Os mantenéis firmes pidiéndole que respete las normas, pero adaptáis éstas a sus posibilidades y necesidades.

×      Sienta que es una persona valiosa y confíe en sus posibilidades.

×      Sea una persona alegre y espontánea.

×      Sea una persona cariñosa.

×      Sepa controlarse y se porte bien aunque no estéis presentes.

×      Sea una persona responsable, capaz de plantearse metas y persistir para alcanzarlas.

 



ESTILO PERMISIVO

Si normalmente…

Es posible que vuestro hijo o hija…

×      Sois comunicativos y expresáis vuestro cariño.

×      Os cuesta establecer normas o hacer que se cumplan.

×      No sois exigentes ni estrictos porque pensáis que ya tendrá tiempo de aprender.

×      Sea una persona alegre y espontánea.

×      Pero sea poco persistente a la hora de conseguir algo.

×      Le cueste asumir responsabilidades.

×      Tenga dificultad para controlar su conducta y se deje llevar por sus impulsos.

×      Muestre una cierta inmadurez.



ESTILO AUTORITARIO

Si normalmente…

Es posible que vuestro hijo o hija…

×      Aplicáis las normas de modo estricto.

×      Imponéis las normas sin lugar a discusión con frases del tipo: “porque lo digo yo”.

×      Usáis castigos y amenazas para que obedezcan.

×      No soléis mostrar vuestro cariño.

×      No os comunicáis apenas salvo para dar órdenes o reñirle.

×      Sienta que vale poco y muestre poca confianza en sí mismo o sí misma.

×      Tenga dificultades para controlarse e incluso muestre agresividad.

×      Tenga dificultades para hacer amigos o amigas y pocas habilidades sociales.

×      Muestre poca alegría o espontaneidad.



ESTILO NEGLIGENTE

Si normalmente…

Es posible que vuestro hijo o hija…

×      No marcáis ningún tipo de norma o lo hacéis de modo incoherente.

×      No le mostráis cariño y os mostráis distantes.

×      No le prestáis atención ni mostráis interés en sus cosas o sus necesidades.

×      Tenga una pobre valoración de sí mismos o sí mismas.

×      Presente “altibajos” emocionales.

×      Muestre escaso respeto a normas y personas.

×      Tenga problemas para controlarse.

×      Tenga dificultades para relacionarse con las demás personas.



Para ampliar información:

http://si.easp.es/psiaa/wp-content/uploads/2014/07/cuidadores_arte_de_educar.pdf

https://blogsaverroes.juntadeandalucia.es/ceipelzargal/files/2017/01/Educaci%C3%B3n-y-Prevenci%C3%B3n.pdf

https://ceice.gva.es/orientados/familia/descargas/Dscargar_cuestionario%20estilos%20educativos.pdf

sábado, 29 de mayo de 2021

Desarrollar la autoestima infantil

La autoestima es la valoración afectiva que hacemos de nosotros mismos en base a nuestra experiencia y sensaciones, es decir, en qué medida uno se quiere a sí mismo, se valora o se siente satisfecho con su propia persona.

 

La autoestima se forma en las primeras etapas de la vida, en los primeros años concurren una serie de aprendizajes que serán cruciales para la propia estima. En la formación de la autoestima aparece nuestra propia imagen (auto concepto) y la imagen que los demás tienen de nosotros.

En el ámbito infantil o juvenil, para hacer más manejable el concepto de autoestima, podemos hablar de cinco áreas:

-       Área social: sentimientos del niño/a o adolescente sobre las relaciones con sus amigos.

-       Área académica: qué piensa de su faceta como estudiante.

-       Familiar: cómo se siente como parte integrante de su familia.

-       Imagen corporal: cómo ve su aspecto físico o sus capacidades físicas.

-       Autoestima global: valoración general que hace de sí mismo.

La familia tiene un papel fundamental en el desarrollo de la autoestima del hijo/a ya que es el primer núcleo social donde los niños y niñas comienzan su proceso de socialización y se producen los aprendizajes sobre el mundo y sobre la propia persona.

La familia, constituye la primera base sobre la que las personas forman su autoestima. El sentirse valorados y queridos por sus seres más cercanos es fundamental para sentar las bases de una sana autoestima. La familia debe mostrar su estima al niño/a y debe además proporcionarle experiencias adecuadas para que se sientan seguros. El desarrollo de la autoestima no puede por tanto independizarse de la familia, siendo ésta el contexto donde la autoestima se acuna y crece.

Debemos prestar atención tanto a nuestro estilo educativo, como a los valores y mensajes que como familia transmitimos al pequeño y de este modo procurar un sano desarrollo de la autoestima.


¿Qué pueden hacer las familias para fomentar el desarrollo de una sana autoestima en sus hijos/as?

1.    Ayúdale a conocerse mejor. Descubre sus cualidades de una forma realista en distintos ámbitos: en su propio cuerpo, en los estudios, en la relación con los demás y otras habilidades.

2.    Hazle saber sus logros y valóralos. Destaca las pequeñas conquistas que consigue, sin exagerar y ayúdale a sentirse orgulloso de estos logros.

3.    Evita etiquetas negativas. Las etiquetas son esas expresiones que utilizamos para definir a las personas. Algunos ejemplos pueden ser: “travieso”, “nervioso”, “miedoso”, etc.

4.    Proponle responsabilidades ajustadas a su edad y capacidad. Esto les envía mensajes positivos a su autoestima: “esto lo pongo en tus manos”, “esto puedes hacerlo”.

5.    Incítales a superarse, pero no les presiones demasiado. Es importante que conciban que a través de su esfuerzo pueden superarse, pero no deben sentirse presionados o verlo como un imposible.

6.    Evita la sobreprotección excesiva. Esto transmite la idea de que tengo que protegerte porque tú solo no puedes.

7.    Ayúdale a buscar soluciones. Cuando los hijos/as se encuentran con dificultades o contratiempos, es mejor darles pistas para que encuentren sus propias soluciones y afronten los problemas. Mejor ayudar a descubrir qué tienen que hacer que hacérselo directamente.

8.    Transmítele seguridad afectiva. Uno de los pilares de la autoestima es sentirse profundamente querido. Para ello realiza muestras explícitas de afecto como abrazos, besos, caricias, etc.

9.    Dedícale tiempo a los pequeños detalles. Acompañarlos al colegio, jugar con ellos, escucharlos, llevarles al parque, reírse juntos, etc.

10.  Muestra tu amor incondicional. El amor de las familias a sus hijos/as es incondicional, por eso se deben evitar expresiones como “si no haces esto es que no me quieres”, “si sigues así te enviaré a un internado” y otro tipo de chantajes afectivos, no tienen cabida.

 


Para ampliar información:

https://familiaycole.com/wp-content/uploads/2014/06/17-folleto-desarrollar-autoestima.pdf

https://blogsaverroes.juntadeandalucia.es/ceipelzargal/files/2017/01/Educaci%C3%B3n-y-Prevenci%C3%B3n.pdf

Bisquerra R. (2009). Psicopedagogía de las emociones. Madrid: Síntesis.

Cómo generar buenos hábitos de alimentación en el hogar

Las conductas alimenticias aprendidas durante la infancia van a influir de manera significativa en el estilo de alimentación que tendrá la p...